La Cárcel Vieja revive la memoria de la Gran Riada ante cientos de asistentes
El Centro de Cultura Contemporánea de la Cárcel Vieja vivió ayer una noche cargada de emoción y memoria compartida durante la activación sonora “Murcia 1879, la gran riada”, una propuesta de Eduardo Balanza y Pedro Guirao que reunió a cientos de personas en un recorrido sensorial por la huerta murciana y su historia hidráulica. La intervención forma parte de Azarbe 25, un proyecto de investigación artística y territorial comisariado por Amber Kay y Jesús de la Peña, en el marco del programa MONOTON.
Desde el inicio de la velada, la nave principal de la Cárcel Vieja se transformó en un espacio vivo, donde instrumentos híbridos —fabricados con madera de limonero y naranjo, elementos agrícolas, sensores, electrónica y objetos cotidianos— comenzaron a responder a la humedad, la vibración y el tacto del entorno. La lutería expandida propuesta por los artistas permitió que el público escuchara el territorio como si fuese un organismo respirante.
La activación condujo a los asistentes por un paisaje acústico que evocó acequias, azarbes, huertas y la devastadora Riada de Santa Teresa de 1879, cuya fuerza transformó la ciudad y dejó una profunda huella material y emocional. Fragmentos de telegramas históricos, registros documentales y referencias al número único Paris-Murcie —símbolo de la solidaridad internacional hacia Murcia tras la catástrofe— se integraron en la composición, realzando la dimensión histórica del proyecto.
Uno de los momentos más celebrados de la tarde fue la participación de músicos procedentes de Beniaján, territorio especialmente marcado por la riada, cuyos instrumentos reforzaron el vínculo comunitario y el diálogo entre tradición y experimentación sonora.
El público respondió con un prolongado aplauso, destacando la capacidad de la propuesta para unir arte contemporáneo, memoria histórica y sensibilidad territorial en un mismo gesto. La instalación permanecerá activa en los próximos días y continuará siendo activada dentro del marco de Azarbe 25, un proyecto que seguirá desplegándose en diferentes espacios culturales de la ciudad bajo el comisariado de Amber Kay y Jesús de la Peña.